Entre el 6 y el 8 de julio, se llevó a cabo la decimoséptima edición de la Cumbre Internacional de la Juventud sobre Derechos Humanos en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Este evento, que tuvo lugar como parte de la conmemoración de los 75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos, fue coorganizado por Jóvenes por los Derechos Humanos y Unidos por los Derechos Humanos. La Declaración Universal de Derechos Humanos ha sido una guía fundamental para muchas personas en su búsqueda de un mundo mejor. El tema central de la cumbre fue «Imaginación. Igualdad. Dignidad. Unidad. – La Juventud convirtiendo estos principios en realidad». El enfoque principal fue destacar el papel crucial de la juventud como impulsores y esperanza para sociedades más equitativas. Durante el evento, Guillermo Whpei fue honrado con el Premio Héroe por los Derechos Humanos 2023.
Este premio es un reconocimiento especial otorgado por Jóvenes por los Derechos Humanos Internacional a defensores y promotores de los derechos humanos, tanto jóvenes como adultos, en reconocimiento a su dedicación a la causa y su compromiso con los principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos. El premio fue establecido por primera vez en 2004 durante la Primera Cumbre de Jóvenes por los Derechos Humanos con el propósito de reconocer a aquellos que han recibido el galardón y transmitir el mensaje de que la promoción y el apoyo a la Declaración Universal son actividades esenciales, sirviendo como ejemplo e inspiración para otros.
El Premio al Héroe de los Derechos Humanos puede ser otorgado a jóvenes defensores y activistas que hayan logrado avances significativos en la promoción y educación sobre la Declaración Universal como parte de sus programas y actividades relacionadas con los derechos humanos. También puede ser concedido a destacados humanitarios que defiendan los derechos humanos y la paz mundial y que hayan estado activamente involucrados en la promoción de la Declaración Universal.
Los organizadores destacaron la labor de Guillermo Whpei a través del Museo Internacional para la Democracia en Argentina, que se inspira en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y ha educado a más de cuarenta mil estudiantes, sembrando la semilla de una nueva cultura de derechos humanos en América Latina. Guillermo expresó su agradecimiento al recibir el premio, reafirmando que este reconocimiento fortalece su convicción de que su trabajo de muchos años va en la dirección correcta y lo motiva a seguir defendiendo a quienes lo necesitan, a poner en agenda los abusos que han sido normalizados y a colaborar con organizaciones aliadas en la lucha por los derechos humanos.
Durante el segundo día del evento, tuvo lugar el panel titulado «La juventud como agentes de promoción de los derechos humanos». La Declaración de 2011 sobre Educación y Formación en Derechos Humanos insta a los Estados Miembros a «incorporar la educación y formación en derechos humanos en los planes de estudio escolares y de formación», pero hasta ahora, muy pocos países han logrado implementar esta recomendación. Costa Rica es una excepción notable, ya que en 2021 aprobó una legislación que exige la inclusión de la educación en derechos humanos en el currículo escolar, liderando así el camino hacia la integración de los derechos humanos en la identidad nacional. En este panel, Guillermo Whpei, Braulio Vargas, Luis Alberto Zamora Romero, Jorge Luis Fonseca Fonseca y Ana Maria Upegui Cuartas compartieron sus perspectivas, mientras que Raúl Arias Pérez moderó la discusión.
En el contexto de los 40 años continuos de democracia en Argentina, este panel resaltó una de las deudas más importantes que la democracia tiene con sus ciudadanos, especialmente con los jóvenes. Una sociedad que no está familiarizada con sus derechos no puede protegerlos adecuadamente. A menudo se habla poco de los derechos humanos y, lo que es aún más preocupante, se sabe aún menos sobre ellos. Este es el principal desafío que debemos abordar 75 años después de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
La sociedad civil, el ámbito académico y otros actores interesados deben unirse para garantizar que la enseñanza de la Declaración Universal sea obligatoria en todos los niveles de educación. Esto permitirá que los jóvenes se conviertan en ciudadanos activos y críticos, fortaleciendo valores como la empatía y la solidaridad, y contribuyendo a la reconstrucción de los lazos sociales que están actualmente deteriorados. La educación en valores inherente a la enseñanza de la Declaración Universal y los derechos humanos en general son fundamentales para establecer un nuevo contrato social.
Guillermo Whpei enfatizó que «la Declaración Universal se creó para prevenir la repetición de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en estos 75 años, el mundo ha sido testigo y continúa siéndolo de otras atrocidades. Según las últimas estimaciones del Banco Mundial, 685 millones de personas en el mundo aún viven en situaciones de extrema pobreza, lo cual es inaceptable. En nuestro país, el 40% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza. De acuerdo con las estimaciones de UNICEF, dos de cada tres niños y niñas en Argentina viven en la pobreza».
La pobreza y sus consecuencias, que incluyen el hambre, la falta de vivienda adecuada, la falta de acceso a la educación, la escasez de oportunidades laborales, la precariedad laboral, la esclavitud y otras formas de explotación humana, representan violaciones a los derechos humanos. Promover la educación en derechos humanos puede ser el primer paso para abordar estas preocupantes estadísticas y asumir una responsabilidad moral en la lucha contra ellas.