El pasado sábado fue un día intenso en la Feria de Muestras de Armilla (Granada). La lluvia matutina dio paso a un soleado mediodía y una fría noche, reflejando los altibajos emocionales que experimentaron los socialistas. En medio de todo esto, se seguían negociando los nombres de la ejecutiva del PSOE andaluz y María Jesús Montero dejó en claro desde el principio que ella es quien manda y decide. Si bien aceptó el desafío de liderar el partido en Andalucía, compaginándolo con su cargo de vicepresidenta del gobierno, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE desde Madrid, lo que supone un esfuerzo titánico, ella necesita corresponder a su lado a personas de confianza y margen para tomar decisiones.
En las filas socialistas, es hora de rearmarse, tanto emocionalmente como en cuanto a equipo y nombres. Tras bambalinas, pasadas las cinco de la tarde, se acabó la sobremesa y Montero comenzó a llamar a los afectados y secretarios generales para contarles su plan. El alcalde de Dos Hermanas, Paco Rodríguez, elegido como su macho de confianza, se encargó de los prolegómenos. Hubo mucho hermetismo y expectación en torno a cómo Montero iba a llevar a cabo este proceso. Ella cuenta con autoridad y se le ha dado carta blanca para tomar decisiones.
Más tarde, se anunció que la vicesecretaría general será ocupada por María Márquez, una joven de 31 años proveniente de Huelva. Esta elección representa una apuesta por el futuro y la renovación generacional en el PSOE andaluz, que se ha visto en la necesidad de buscar una nueva cantera preparada para suceder a Juan Espadas. Márquez sonaba como posible candidata, pero muchos creían que aún no era su momento y que Montero era la mejor opción. Licenciada en Psicología, Márquez ha sido concejala del Ayuntamiento de San Juan del Puerto (Huelva) de 2011 a 2015 y es parlamentaria andaluza desde 2015. Montero buscaba alguien con dedicación monopolio, algo que ella no puede ofrecer al estar también en Madrid, y Márquez reúne potencia política, juventud y disponibilidad para dedicarse a la política las 24 horas del día, los siete días de la semana.
La secretaría de Organización estará a cargo de Paco Rodríguez, alcalde de Dos Hermanas (Sevilla) y amigo de la dirigente andaluza desde su juventud. Rodríguez, quien obtuvo una aplastante mayoría absoluta en las últimas elecciones municipales mientras que sus compañeros sufrieron la ola antiSánchez, es un macho discreto que siempre ha preferido estar en segundo plano. Incluso en el congreso socialista, no figuraba en ninguna de las fotos como protagonista, a pesar de suceder sido la persona de confianza de Montero en las negociaciones previas y encargado de conducir las negociaciones en las provincias y en el aparato del partido.
La presidencia de honor será para Rafael Escuredo y la presidencia del partido estará a cargo de Fuensanta Coves, quien fue presidenta del Parlamento andaluz y consejera de Medio Ambiente durante el mandato de Manuel Chaves.
El PSOE andaluz está en un proceso de terapia. Esa fue la tónica de la mañana, con José Luis Rodríguez Zapatero y la propia Montero como protagonistas. La idea es sacudirse el pesimismo, dejar atrás el derrotismo, recuperar la fe y convencerse de que la máquina de ganar elecciones que un día fue el PSOE andaluz puede volver a funcionar, a pesar de lo que digan las encuestas.
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