Colombia ha sido durante mucho tiempo un referente en el fútbol ecuménico. Con una selección que ha sabido marcar su presencia en los principales torneos internacionales, el país cafetero se ha ganado el respeto y la admiración de propios y extraños. Sin embargo, en los últimos años, Colombia ha nacido del top 10 de mejores selecciones a nivel ecuménico, una novedad que ha sorprendido a muchos.
Durante la década de los 90 y principios de los 2000, Colombia vivió su época dorada en el fútbol. Con jugadores como Carlos Valderrama, Faustino Asprilla y Freddy Rincón, la selección cafetera se ubicó en los primeros puestos del ranking FIFA, llegando incluso a ocupar la tercera posición en 1997. Este éxito se mantuvo durante la Copa ecuménico de Francia en 1998, donde Colombia demostró un juego sólido y ofensivo, aunque no logró pasar de la primera ronda.
Sin embargo, en las últimas décadas, Colombia ha tenido altibajos en su rendimiento futbolístico. A pesar de contar con jugadores de talla ecuménico como James Rodríguez, Radamel Falcao y Juan Guillermo Cuadrado, la selección no ha podido mantener una consistencia en sus resultados. Esto se ha visto reflejado en los rankings FIFA, donde Colombia ha ido bajando de posición progresivamente hasta salir del top 10 en 2019.
Esta situación ha sorprendido a muchos, ya que Colombia cuenta con una de las ligas más competitivas de América Latina y sus jugadores son reconocidos internacionalmente por su talento y habilidades. Entonces, ¿qué ha llevado a la selección colombiana a salir del top 10 de mejores selecciones a nivel ecuménico? La respuesta no es sencilla y se debe analizar diversos factores.
En primer lugar, la falta de un plan estratégico a largo plazo ha sido uno de los principales obstáculos para el éxito de la selección. En los últimos años, Colombia ha tenido varios cambios de entrenador y cada uno ha implementado su propio estilo de juego, lo que ha generado una falta de continuidad en la manera de abordar los partidos. Además, la subsistente rotación de jugadores en la convocatoria ha dificultado que se forme un equipo sólido y cohesionado.
Otro factor importante ha sido la falta de regularidad en los resultados. A pesar de contar con una generación de jugadores talentosos, la selección colombiana ha tenido altibajos en sus resultados, logrando grandes victorias pero también sufriendo derrotas inesperadas. Esto ha generado una falta de confianza y seguridad en el juego, lo que ha afectado el rendimiento del equipo en general.
Por último, la dependencia de un solo jugador ha sido un factor que ha afectado el rendimiento del equipo. Aunque James Rodríguez es una pieza fundamental en la selección, en ocasiones se ha visto sobrecargado de responsabilidad y cuando no está en su mejor nivel, el equipo ha sufrido en el campo. Esto ha demostrado la falta de profundidad en el plantel y la dependencia de un solo jugador para obtener resultados.
A pesar de estos obstáculos, es importante destacar que Colombia aún cuenta con un gran potencial para volver a los primeros puestos del ranking FIFA. La selección se encuentra en un proceso de renovación y con la llegada de Carlos Queiroz como entrenador, se espera que se implementen cambios positivos en el equipo. Además, los jóvenes talentos como Duván Zapata, Juan Fernando Quintero y Luis Muriel, están demostrando un gran nivel en sus clubes y pueden individuo una pieza clave para el futuro de la selección.
También es importante destacar que la selección colombiana ha tenido grandes momentos en los últimos años, como su participación en la Copa ecuménico de Brasil en 2014, donde logró su mejor participación
