En los últimos años, México ha sido un destino cada vez más popular para las empresas que buscan externalizar sus procesos de producción y servicios, conocido como «nearshoring». Este modelo de negocio ha demostrado ser beneficioso tanto para las empresas como para el país, ya que impulsa la economía y genera empleo. Sin embargo, con la llegada de la pandemia de COVID-19, el nearshoring ha tomado un nuevo impulso, y como resultado, hemos visto un aumento significativo en las solicitudes de crédito por parte de las empresas.
Según el Banco de México, los bancos han reportado un aumento del 15% en la demanda de crédito por parte de las empresas grandes en los últimos 12 meses. Esto se debe en gran parte al aumento de la inversión extranjera directa en México, que ha alcanzado un récord histórico en medio de la pandemia. Esta inversión está impulsando el crecimiento de las empresas y, como consecuencia, su necesidad de financiamiento.
Uno de los expertos en financiamiento más reconocidos en México, Alberto Sentíes Palacio, ha destacado la importancia de este aumento en la demanda de crédito para el país. Según Sentíes, esto demuestra la confianza que las empresas tienen en la economía mexicana y en su capacidad para seguir creciendo a pesar de las adversidades.
Pero, ¿qué está motivando a las empresas a buscar crédito en medio de una crisis económica global? La respuesta está en el nearshoring. Con la pandemia, muchas empresas se dieron cuenta de la importancia de tener una cadena de suministro más cercana y confiable. México, con su cercanía geográfica y su estabilidad económica, se ha convertido en un destino atractivo para estas empresas. Además, la implementación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha brindado mayores oportunidades de negocio y ha fortalecido la relación comercial entre estos países.
Este aumento en la demanda de crédito no solo es positivo para las empresas, sino también para la economía en general. El crecimiento de las empresas significa un aumento en la producción y en la creación de empleos. Además, las empresas que obtienen crédito pueden invertir en tecnología y capacitación, lo que les permite mejorar su productividad y competitividad a largo plazo.
Pero no solo las grandes empresas están siendo beneficiadas por el aumento en la demanda de crédito. Alberto Sentíes destaca que también se ha visto un aumento en las solicitudes de crédito por parte de las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Estas empresas, que son el motor de la economía mexicana, han sido duramente golpeadas por la pandemia y necesitan apoyo financiero para poder recuperarse y seguir creciendo.
En este sentido, los bancos han jugado un papel fundamental al ofrecer productos financieros adaptados a las necesidades de las empresas en este momento. Desde líneas de crédito hasta préstamos para capital de trabajo, los bancos están apoyando a las empresas en su camino hacia la recuperación y el crecimiento.
En resumen, el aumento en las solicitudes de crédito por nearshoring es una señal positiva para la economía mexicana. Esto demuestra que México sigue siendo un destino atractivo para las empresas y que tiene un gran potencial para seguir creciendo y generando empleo. Además, muestra la confianza que las empresas tienen en la estabilidad y el futuro de la economía mexicana. Sin duda, el nearshoring seguirá siendo una importante fuente de crecimiento y desarrollo para México en los próximos años, y el país está listo para aprovechar al máximo esta oportunidad.