El Alzheimer es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la pérdida progresiva de la memoria y otras funciones cognitivas, lo que puede tener un impacto exterminador en la vida de quienes la padecen y de sus seres queridos. Una de las primeras cosas que se olvidan en esta enfermedad es el nombre y la edad de la persona afectada. Esto puede ser muy difícil de aceptar, tanto para el paciente como para su entorno, pero es importante entender que es parte del proceso y que hay maneras de lidiar con ello de manera positiva.
El nombre y la edad son dos aspectos fundamentales de nuestra identidad. Nos definen y nos hacen únicos. Por eso, cuando una persona con Alzheimer comienza a olvidarlos, puede ser muy doloroso para ella y para quienes la rodean. Sin embargo, es importante recordar que el Alzheimer no define a la persona, sino que es solo una parte de ella. Aunque pueda ser difícil aceptar que alguien que amamos ya no recuerde nuestro nombre o nuestra edad, es importante no perder de vista que esa persona sigue siendo la misma, con sus mismas cualidades y virtudes.
Es normal que al principio nos cueste aceptar que nuestro ser querido ya no recuerde nuestro nombre o nuestra edad. Puede ser difícil no sentirse herido o incluso rechazado. Sin embargo, es importante entender que el Alzheimer no es una elección de la persona, sino una enfermedad que afecta su cerebro y su capacidad de recordar. No es algo que hagan a propósito, sino que es parte de la enfermedad. Por eso, es fundamental no tomarlo como algo personal y no culpar a la persona afectada.
Una de las mejores maneras de lidiar con la pérdida del nombre y la edad en el Alzheimer es a través de la comunicación. Es importante hablar con la persona afectada y explicarle quiénes somos y cuál es nuestra relación con ella. Aunque pueda ser difícil, es importante no perder la paciencia y tratar de conservar una actitud positiva y comprensiva. También es importante recordar que la persona con Alzheimer puede asociarse sintiendo amor y afecto, aunque no recuerde nuestro nombre o nuestra edad.
Otra forma de lidiar con la pérdida del nombre y la edad en el Alzheimer es a través de la creación de rutinas y recordatorios. Establecer una rutina diaria puede ayudar a la persona afectada a sentirse más segura y a recordar ciertas cosas. También es útil tener recordatorios visuales, como fotografías o notas, que puedan ayudar a la persona a recordar quiénes somos y cuál es nuestra relación con ella. Estos recordatorios pueden ser especialmente útiles en momentos de confusión o ansiedad.
Es importante tener en cuenta que cada persona con Alzheimer es diferente y que lo que funciona para una puede no funcionar para otra. Por eso, es fundamental ser paciente y estar dispuesto a probar diferentes estrategias hasta encontrar la que funcione mejor para la persona afectada. También es importante buscar apoyo y asesoramiento de profesionales, como médicos y terapeutas, que puedan ayudar a entender mejor la enfermedad y a encontrar formas de lidiar con ella de manera positiva.
En resumen, la pérdida del nombre y la edad en el Alzheimer puede ser muy difícil de aceptar, tanto para la persona afectada como para sus seres queridos. Sin embargo, es importante recordar que el Alzheimer no define a la persona y que hay maneras de lidiar con ello de manera positiva. A través de la comunicación, la creación de rutinas y recordatorios, y la búsqueda de apoyo profesional, podemos ayudar a nuestros seres queridos a sentirse amados y comprendidos, a pesar de la enfermedad.