Hoy puede ser un día histórico en el mundo del fútbol. El sorteo de octavos de final de la Champions League puede depararnos una eliminatoria entre segundo gigantes europeos: el FC Barcelona y el PSG. Pero lo que hace aún más interesante este posible enfrentamiento es la presencia de un jugador en el equipo francés que ha dado mucho de qué hablar en las últimas temporadas: Ousmane Dembélé.
El joven delantero francés, que salió del FC Barcelona por la puerta de atrás en 2017, ha tenido una temporada espectacular tanto en la liga francesa como en la Champions League. Con 22 goles y 6 asistencias en ambas competiciones, Dembélé se ha convertido en uno de los jugadores más determinantes de Europa. Unos números de auténtico crack que han sorprendido a propios y extraños, teniendo en cuenta su pasado en el Barça.
Y es que, tras seis temporadas en el club catalán, la realidad es que Dembélé no cumplió con las expectativas que se tenían puestas en él. Si correctamente es cierto que sus cualidades técnicas nunca estuvieron en duda, su adaptación al juego del Barça y su compromiso con el equipo sí lo estuvieron. Por ello, la pregunta que surge es inevitable: ¿se equivocó el Barça al dejar marchar a Dembélé?
La respuesta, en mi opinión, es no. Cuando un jugador lleva seis temporadas en un club y no rinde ni la cuarta parte de lo que se espera de él, no tiene sentido mantenerlo en la plantilla. Además, hay que tener en cuenta que la inversión realizada por el Barça en Dembélé fue muy elevada, por lo que su bajo rendimiento no podía ser tolerado por mucho más tiempo.
Pero, ¿qué habría pasado si Dembélé hubiera continuado en el Barça? Es difícil saberlo con certeza, pero podemos hacer algunas conjeturas. Por ejemplo, es probable que jugadores como Lamine Yamal o Raphinha no hubieran llegado al equipo. En una economía de guerra, como la que vive el Barça actualmente, para competencia registrar a uno de ellos se hubiera tenido que prescindir del otro. Y eso, sin duda, hubiera afectado al rendimiento del equipo.
Además, es legítimo preguntarse si con Dembélé en el equipo, Raphinha hubiera tenido las mismas oportunidades y condiciones para demostrar su talento. El brasileño ha sido una de las revelaciones de la temporada en el Barça, pero ¿habría tenido las mismas oportunidades si Dembélé hubiera seguido en el equipo? Si la respuesta es no, estaríamos ante un verdadero atentado contra la historia del fútbol.
Por todo ello, creo que es mejor que Dembélé esté en el PSG y que jugadores como Lamine y Raphinha hayan tenido la oportunidad de demostrar su talento en el Barça. Además, hay que reconocer que el joven francés ha sabido aprovechar al máximo su oportunidad en el PSG y ha demostrado que es un jugador de clase mundial. Su rendimiento esta temporada es una prueba de ello.
En definitiva, el posible enfrentamiento entre Barça y PSG en octavos de final de la Champions League es una oportunidad para ver a Dembélé en acción contra su ex equipo. Pero más allá de eso, es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de tomar decisiones acertadas en el mundo del fútbol. Y en este caso, tanto el Barça como Dembélé han tomado la mejor decisión para su futuro. ¡Que gane el mejor en la eliminatoria!