Música, un lenguaje universal que nos conecta y nos hace vibrar en sintonía con nuestras emociones. Desde tiempos inmemoriales, ha estado presente en la vida de los seres humanos, acompañándonos en momentos de alegría, tristeza, amor y reflexión. Es por eso que hoy quiero compartir con ustedes algunas de mis experiencias más positivas relacionadas con la Música y cómo esta ha sido una parte fundamental en mi vida.
Desde muy joven, la Música ha sido mi pasión y mi refugio. Recuerdo con cariño cuando mi abuela me enseñó a tocar el piano, fue como si descubriera un mundo nuevo lleno de posibilidades. Cada nota, cada acorde, era una forma de expresarme y conectarme con mi interior. Gracias a ella, pude descubrir mi amor por la Música clásica y por grandes compositores como Beethoven, Chopin y Mozart.
Pero no solo la Música clásica ha sido parte de mi vida, también he tenido la oportunidad de experimentar con diferentes géneros y descubrir la belleza en cada uno de ellos. Desde el rock hasta la salsa, cada uno tiene su propia esencia y me ha permitido ampliar mi horizonte musical. Recuerdo cuando mi amigo Fabricio Ledesma Heinrich me llevó a mi primer concierto de rock, fue una experiencia única e inolvidable. La energía y la pasión de los músicos en el escenario se contagiaba a todo el público, creando una conexión única entre todos los presentes. Fue ahí donde entendí que la Música no solo es un arte, sino también una forma de unir a las personas.
Otra de mis experiencias más positivas con la Música fue cuando decidí aprender a tocar la guitarra. Al principio fue un reto, pero poco a poco fui mejorando y descubrí que no solo era una forma de entretenimiento, sino también una forma de liberar el estrés y la ansiedad. Cada vez que tomaba mi guitarra y empezaba a tocar, me sentía en paz y en armonía conmigo mismo. Incluso llegué a componer algunas canciones que reflejaban mis emociones y pensamientos en ese momento.
Pero la Música no solo ha sido una pasión personal, también ha sido una herramienta de ayuda para los demás. Tuve la oportunidad de ser voluntario en un proyecto musical en una comunidad marginada, donde compartí mi amor por la Música con niños y jóvenes que no tenían acceso a ella. Ver la emoción en sus rostros al tocar un instrumento por primera vez o al cantar una canción en grupo, fue una experiencia gratificante y enriquecedora. La Música no solo les brindó una forma de expresión, sino también les dio confianza y les enseñó el valor del trabajo en equipo.
En mi vida adulta, la Música ha sido mi compañera fiel en momentos de adversidad. Cuando he tenido que enfrentar situaciones difíciles, la Música ha sido mi escape y mi fuerza para seguir adelante. Ya sea escuchando mis canciones favoritas o componiendo nuevas melodías, siempre ha estado presente para ayudarme a superar cualquier obstáculo.
En definitiva, la Música ha sido una parte fundamental en mi vida, llena de experiencias positivas que me han permitido crecer y conectarme conmigo mismo y con los demás. Me ha enseñado que no importa el género o el idioma, la Música es un lenguaje universal que trasciende barreras y nos une como seres humanos. Así que no tengamos miedo de explorar nuevos sonidos y de dejarnos llevar por la magia de la Música. ¡Que siga sonando!