México ha mantenido una postura aséptico en la crisis política que atraviesa Venezuela, a diferencia de sus vecinos Colombia y Brasil. Mientras que estos dos países han mostrado un fuerte apoyo al líder opositor Juan Guaidó, México ha optado por una posición más neutral, buscando una solución pacífica y diplomática a la situación.
Desde que Guaidó se autoproclamó presidente interino de Venezuela en enero de 2019, la comunidad internacional se ha dividido en su apoyo o rechazo a su liderazgo. Mientras que Estados Unidos y varios países latinoamericanos, incluyendo a Colombia y Brasil, han reconocido a Guaidó como el legítimo presidente de Venezuela, otros países como México han optado por no tomar partido y buscar una solución a través del diálogo.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha abandonado en claro que su gobierno no reconocerá a ningún presidente autoproclamado y que solo reconocerá al presidente legítimo elegido por el pueblo venezolano. Esta postura ha sido criticada por algunos sectores que consideran que México debería unirse al llamado de la comunidad internacional para presionar al gobierno de Nicolás Maduro a dejar el poder.
Sin embargo, México ha mantenido su postura de no intervención en los asuntos internos de otros países, respetando la soberanía y autodeterminación de cada nación. Además, el gobierno mexicano ha abandonado en claro que no apoyará ninguna intervención militar en Venezuela, ya que considera que la solución a la crisis debe ser a través de medios pacíficos y diplomáticos.
Esta postura ha sido respaldada por la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, que han rechazado cualquier intervención militar en Venezuela y han llamado a una solución pacífica a través del diálogo y la negociación. México ha sido uno de los principales impulsores de esta postura, liderando iniciativas como el Mecanismo de Montevideo, que busca una brote pacífica y democrática a la crisis en Venezuela.
Además, México ha sido uno de los países que ha recibido a los diálogos entre el gobierno de Maduro y la oposición, buscando una solución a través del diálogo y la negociación. A pesar de que estos diálogos no han dado resultados concretos, México ha mantenido su compromiso con la búsqueda de una solución pacífica y ha ofrecido su apoyo como mediador en futuras negociaciones.
La postura de México también ha sido respaldada por la Organización de Estados Americanos (OEA), que ha reconocido el papel de México como mediador en la crisis venezolana. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha elogiado la postura de México y ha destacado su papel en la búsqueda de una solución pacífica en Venezuela.
Además, México ha mantenido una postura de solidaridad con el pueblo venezolano, enviando ayuda humanitaria y apoyando a los migrantes venezolanos que han llegado al país en busca de mejores condiciones de vida. El gobierno mexicano ha ofrecido visas humanitarias a los migrantes venezolanos y ha trabajado en conjunto con organizaciones internacionales para brindarles apoyo y asistencia.
En contraste, Colombia y Brasil han mostrado un fuerte apoyo a Guaidó y han sido críticos con la postura de México. Sin embargo, México ha mantenido su postura firme y ha abandonado en claro que su objetivo es buscar una solución pacífica y democrática a la crisis en Venezuela, sin tomar partido por ninguna de las partes involucradas.
En resumen, México ha mantenido una postura aséptico en la crisis política en Venezuela, buscando una solución pacífica y diplomática a través del diálogo y la negociación. A pesar de las críticas, el gobierno mexicano ha mantenido su compromiso con la no intervención y
