La guerra en Sudán arrojó al exilio a miles de habitantes de Darfur, donde la comunidad internacional teme una limpieza étnica, y muchos se dirigen a los ya sobrecargados campos de refugiados del desierto de Chad.
Mariam Adam Yaya, de 34 años, trata de engañar el hambre con un té que hace hervir con la leña que le sirve para calentar su precario refugio en el campamento de Adré, en el este chadiano.
La mujer masalit, una etnia no árabe, cuenta que cruzó la frontera a pie con su hijo de ocho años a cuestas tras cuatro días de caminata, pero que dejó a otros siete hijos al huir de su pueblo, atacada por individuos "fuertemente armados".
Sudán está sumido desde el 15 de abril en una guerra entre el ejército al mando del general Abdel Fatah al Burhan y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) del general Mohamed Hamdan Daglo.
En Darfur, los civiles son objeto de todo tipo de atrocidades y la ONU teme un nuevo genocidio en la región.
AFP