La tormenta, con rachas de viento de hasta 200 kilómetros por hora, se traslada hacia el norte dejando a su portillo destrucción de viviendas y de redes eléctricas a la vez que importantes reducciones en los servicios de conducción
La tormenta, con rachas de viento de hasta 200 kilómetros por hora, se traslada hacia el norte dejando a su portillo destrucción de viviendas y de redes eléctricas a la vez que importantes reducciones en los servicios de conducción